martes, 5 de abril de 2011

La vida es un cambio constante...

Y es que un día te levantas pensando que todo seguirá igual, y al cabo de unas horas todo es diferente.
El día después de ese viernes en el que escribi la última entrada desde el trabajo más feliz que una perdiz porque llegaba el finde, estaba yo tan tranquila en mi casa cumpliendo con los planes que había echo, jugando a la consola tan tranquilita cuando recibí una llamada que lo iba a cambiar todo.
Una compañera de trabajo con la que tengo una relación bastante buena estaba al otro lado, entusiasmada de poder contarme una info que su condición de "liada con uno de los jefes" le permite enterarse de primera y buena mano.
- Han despedido a Ch!!!! (mi jefe directo, del cual era asistente/secretaria)
-¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ queeeeeeee?????????
- Que si, lo han despedido, ayer, a las 12!!!
- Que me estas contando!!!! Pero si nos fuimos  a las 15 y no nos dijo nada!!!
- Se ve que le han dicho que no diga nada hasta el lunes, pero esta cesado, que fuerteeeee!!!!
- Uffff....pobrecito....me da pena.... uffff, y yo que? que harán conmigo?
- Me ha dicho 50' (su ligue) que no nos preocupemos, seguirás haciendo lo mismo.
- Ufff que rollo, menuda mierda!

Y la conversación siguió durante un buen rato diciendo las mismas cosas y hablando del despedido en cuestión.
Yo, asistente de ese señor, tenía mis días buenos y malos, con el me llevaba muy bien, y tenía muchos defectos, pero no muchos más de los que tengo yo, y nos entendíamos. A veces me volvía completamente loca, era propenso a perder teléfonos moviles, y agendas, sobretodo cuando viajaba fuera de España, eso me volvía loca, mi inglés es malisimo y odiaba tener que llamar a hoteles o aeropuertos en busca de sus objetos pérdidos, siempre se dejaba cosas en aviones, taxis, hoteles, una locura...
Es una persona muy nerviosa, muy activo, y yo soy tranquila, me gusta hacer las cosas calmada, sin ponerme histérica, creo que nos compenetrabamos, aunque alguna vez me hizo perder los nervios de todo lo que me transmitia. Se que me quejaba muchisimo sobre el trabajo que me daba, pero soy realmente consciente de que en todo el tiempo que llevo trabajando en las diferentes empresas ha sido el mejor jefe que he tenido.
Pero el lunes cuando llegamos se despidió de nosotros, llorando, y me dió muchisima pena.

Los siguientes días fueron un poco raros, nadie nos decía gran cosa, teníamos jefe nuevo pero parecía que no estaba muy por la labor de explicarnos algo sobre la nueva situación. Y creo que fue el miercoles cuando una antigüa compañera de departamento a la que yo me encargué de enseñar en su día y que recientemente ha conseguido un ascenso vino a mi mesa y me pidió que fuera a su despacho en un tono bastante altivo.
No entendía nada, ni el tono, ni la situación. Me dijo que me iban a cambiar de empresa, que iba a pasar a la suya, por debajo de ella, que estaba ya decidido y que iba a empezar a explicarme mis nuevas funciones. Me moría de la risa, por no cagarme en todo claro, pero era consciente de que ni de coña me podían obligar a cambiar de empresa así, asi que se lo dije, lo siento pero en primer lugar no creo que seas la persona que deba comunicarme a mi estas cosas, para eso tengo un director por encima que es el que debe dirigirse a mi en todo caso, y después, si llego a un acuerdo y acepto el cambio entonces podrías explicarme algo, pero nunca antes. Y me fui, porque aunque se que la cosa esta difícil en España y que hay mucho paro y tal y pascual, también se que no quiero trabajar en esa empresa, y nadie me puede obligar a hacer algo que no quiero. Me dijeron después que era el cambio o el despido, y les pedi un día para pensarlo. Lo pensé, lo hablé con mi marido, con mi madre, con la almohada, y decidí que si querian que me cambiase de empresa me tenían que subir el sueldo un 15% o si no, que hiciesen lo que tuvieran que hacer, despedirme si querian. Hice cuentas y me ilusioné con el despido, porque me tendrían que dar una sustanciosa indemnización que me iba a permitir hacer un tratamiento en el IVI, o incluso dos, y egoistamente esa idea me satisfacía mucho. A mi marido también.
Como me imaginaba la idea de darme un aumento no les gustó nada, y me imaginaba que sólo habría otra opción, el ansiado despido, pero nooooooooooooooo. No han querido despedirme. Sigo en la misma empresa, con mis antigüas funciones, y alguna que otra nueva, más tranquila, aunque un poco desilusionada y se que suena horrible por hablar del trabajo como si sobrara, pero este mes me he dado cuenta de lo que más valoro en mi vida, y es mi felicidad, y si tengo que dejar un trabajo para ser más feliz, pues bienvenido sea (claro que no estoy tan loca como para irme yo, o me tiran o de momento ahí seguiré...)

Después de tantos días de agobio y nervios necesitaba vacaciones, así que pedí unos días y nos fuimos a mallorca a ver a la family de mi marido y de relax...
Dejo unas fotitos de estos días.

Ciaooo










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