domingo, 30 de enero de 2011

Noche de vino y rosas





Acabo de tomar una copa de vino tinto, es un placer de la vida que hace poco he descubierto. Quiero decir que he tomado vino en muchas ocasiones, pero hace poco mi chico me ofrecio una copita de vino sin ningún motivo, una tarde, abrimos una botella y tomamos una copita, y desde ese día lo veo diferente. Hoy estoy sola en casa y acabo de hacer lo mismo. Y es que desde hace un tiempo en ocasiones tengo ganas de beber. No me emborracho ni mucho menos, solo bebo por placer, notar como se desliza ese liquido por la garganta, sentir su suave tacto, su sabor terroso, notar como calienta a su paso y esa sensación que deja en mi cabeza, en mis mejillas, me relaja.

Y es que llevo muy mal el tema hijos, al principio lo lleve mas o menos bien, me sorprendi a mi misma con una gran entereza e intente darle poca importancia. Supongo que necesitaba que la gente de alrrededor me olvidase por completo, que dejasen de preguntar cuando realmente les importaba muy poco, sentí como preguntaban por compromiso, y daban opiniones al respecto sin sentido, sin ponerse en mi lugar, sin saber de la misa la mitad.
Y les he odiado.
Y en consecuencia me odio a mi misma por odiarles.
Pero no puedo evitarlo, si he de ser sincera, les odio, odio que todas sean fertiles menos yo, que sus maridos sean poderosos dioses del sexo con millones de espermatozoides con ganas de procrear, mientras el mio tiene pocos y vagos, y encima cada dia menos ganas de follar hacer el amor.
Y les odio por intentar animarme aunque les importa una mierda que yo este así. De hecho ahora a algunas les entran las ganas de ser madres, y probablemente y con total seguridad una tras otra iran cayendo y conseguiran mi ansiado sueño, el sueño que yo les he metido en la cabeza y que ahora también es suyo, el sueño que yo de momento no puedo cumplir, y quien sabe si algún día cumpliré. Porque es muy bonito y alentador pensar que a todo el mundo le llega el momento, que tarde o temprano se consigue, que lo imposible solo tarda un poco más... pero no lo se, ni nadie lo sabe. Nadie puede asegurar con certeza si lo conseguiré, nadie puede prometerme o jurar que seré madre, y conozco casos de los dos, de los que al final y despues de mucho sufrir lo han conseguido y de los que nunca obtuvieron el premio, nunca.
Y tengo miedo, mucho miedo, y eso hace que tenga ganas de llorar, y lloro, pero también por eso mismo tengo ganas de beber. Y bebo. Y ahora estoy tomando otra copa de vino, la segunda, y no me voy a emborrachar, pero siento en mi cabeza menos presión que al principio, y es que el vino además de saber bien hace que te sientas bien, sobretodo si es del tinto.

2 comentarios:

  1. Hola bonita,
    No conozco mucho tu historia.
    Supongo que el sueño de toda mujer, o de la mayoría, es convertirse en madres. Es mi sueño también. No sé cual es tu creencia religiosa, pero capaz hay otro destino para ti, pero también creo que cuando alguien desea algo y tiene fe y esperanzas, ese algo se llega a realizar!
    Nunca pierdas la fe :)
    Un beso,
    Ce

    ResponderEliminar
  2. Hola Cecilia, muchas gracias por tu comentario. Y por seguirme, wow tengo una seguidora!!!

    Mi historia es laaarga, pero se podría resumir fácil, quiero ser mamá, pero tras años de intentarlo no lo consigo, mi marido y yo tenemos problemas y hemos realizado un tratamiento de reproducción asistida pero no ha salido bien. En España estos tratamientos los cubre el estado pero hay largas listas de espera, y en clinicas privadas sale muy caro. Estoy pasandolo muy mal por esto y porque me siento muy sola, y la verdad es que hay momentos en que siento que todo ha terminado, que no se que hago aquí, porque no tengo ganas de vivir.
    Es difícil entenderlo, lo se, y por eso me siento tan sola, supongo que es cuestión de tiempo que lo supere y vea las cosas de otra forma...
    Muchas gracias!!!

    ResponderEliminar